Ruta en coche de Dublín a Belfast

Monumento de Newgrange
Monumento de Newgrange

La cercanía de Dublín con Belfast en Irlanda del Norte, nos permite hacer una ruta en el mismo día y volver a dormir a Dublín. Si disponemos de un coche en alquiler podemos aprovechar para pararnos en algunos destinos interesantes que quedan cerca.

Desde Dublín se tarda aproximadamente 1h. 45 minutos (sin paradas) en llegar a Belfast. Son 167 km cubiertos por la autopista de peaje N1 que enlaza la capital irlandesa con Irlanda del Norte. Al pasar la frontera enlazamos con la A1 hasta llegar a Belfast.

El Valle del Boyne

Por la cantidad de cosas para ver, además de por los verdes paisajes típicos de la campiña irlandesa, el valle del Boyne que encontramos de camino al norte de Irlanda, bien merecería descansar unos días para no saturar la retina y «calentar» la cámara de fotos. No en vano en un territorio pequeño podemos encontrarnos muestras de la rica historia de Irlanda, atestiguada por las construcciones circulares de Bru na Boine, la Colina de Tara, o los monasterios de  Monasterboice y Mellifont.

Sin duda uno de los puntos claves que no debemos perdernos es Bru na Boine. Formado por tres grandes construcciones: Newgrange, Knowth y Dowth, Bru na Boine es un complejo funerario monumental de primer orden. Su valor y majestuosidad no han pasado desapercibidos para la Unesco que lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

Newgrange está a la altura de Drogheda, hacia el interior, a medio camino del viaje entre Dublín y Belfast. Se trata de un complejo megalítico de proporciones inmensas, construido 3.000 a. C. para albergar en su túmulo tumbas. Su forma circular de piedra blanca coronada por una capa de hierba es realmente sorprendente. El monumento se puede visitar con una ruta guiada, y no es posible el libre acceso ni las fotografías en el interior de la cámara. Además las entradas no se pueden reservar con anterioridad.

A nadie resulta extraño que Newgrange esté orientado astronómicamente de tal manera que cada año, durante la mañana del solsticio de invierno, la luz solar se introduce por una oquedad perfectamente diseñada a conciencia, iluminando el suelo de la cámara. Si bien no hay testimonios que lo atestigüen, parece clara la relación de los elementos solares con los ritos religiosos de sus constructores.

Después de la visita podemos aprovechar la estancia en el valle del Boyne para conocer algo de la historia británica, puesto que en estos lares tuvo lugar en 1690 la batalla homónima entre los sucesores al trono Jacobo II de Inglaterra y sus seguidores jacobitas fueron derrotados por Guillermo III de Inglaterra. La victoria de los seguidores de Guillermo de Orange supuso la consolidación de los británicos protestantes en Irlanda, y por ello la parte anglófila lo celebra y conmemora cada 12 de Julio.

También en el valle de Boyne encontramos otros espacios relevantes como la colina de Tara, con Ráith na Rig, la Fortaleza de los Reyes, donde según la mitología celta se elegía al Gran Rey Celta de Irlanda. En el centro de uno de los anillos de la colina se levanta la Piedra en Pié, un dolmen ceremonial.

Como amantes de Irlanda y su pasado no podemos obviar la visita al monasterio de Monasterboice en el condado de Louth, especialmente conocido por las impresionantes cruces celtas medievales que  honraban a los difuntos y adornan (hoy en día).  Las ruinas de Monasterboice dibujan lo que fueron dos iglesias, sendas torres circulares, un cementerio de grandes dimensiones y dos de mejor conservadas cruces irlandesas.

En el mismo condado están las ruinas del monasterio cisterciense de Mellifont. Se trata de una de los centros monásticos más importantes de la isla, surgido a partir del deseo por encauzar la conducta de la vida monacal. En el siglo XII se levantó la abadía siguiendo preceptos arquitectónicos de los monasterios franceses.

Llegando a Belfast

Tras un intenso y evocador tour seguimos hacia el norte. Como no hay actualmente un control fronterizo apenas percibiremos el paso de un país al otro, y tan sólo lo advertiremos por las matrículas británicas.

La ruta termina en Belfast donde se abre las puertas a nuevas aventuras, espacios naturales de Irlanda del Norte como la Calzada de los Gigantes y nuevas oportunidades para conocer a fondo Irlanda.

Mapa de la ruta entre Dublín y Belfast


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